“Dicen que la audiencia (lectores, oyentes, televidentes…)
son el mejor verdugo y el mejor critico de un periodista…”
Dicen que Colombia es un país democrático, un país con
libertad de expresión, un país con libertad de prensa y opinión: ¡un país
libre! Y lo reza claramente nuestra carta magna de 1991.
Y es que desde que todo el mundo empezó a utilizar las
redes sociales, se empezaron a crear espacios de opinión personal, espacios que
reflejan diferentes puntos de vista, diferentes concepciones del mundo,
diferentes maneras de ver la vida; que, obviamente son validas y respetables. Y
eso es bueno, porque se genera el debate, y cuando hay debate hay democracia y
se hace ciudadanía, se crean espacios de participación ciudadana, se crea opinión
pública. Por eso es tan importante opinar, escuchar al otro, argumentar.
¿A qué voy con esto? Desde que empecé a ser usuario
activo en las redes sociales, sobre todo en Facebook y Twitter, y leyendo las
opiniones que se generan entre usuarios en las diferentes páginas de los medios
masivos y alternativos de comunicación en el país y en el mundo entero, me he
dado cuenta que estos espacios no se usan correctamente, o sea, para opinar. Varios
usuarios hacen uso de estos espacios simplemente para sabotear una noticia, un
comentario, un reportaje, una crónica, o simplemente para ridiculizar a su
autor. Debo decir que las personas más “victimizadas” por decirlo de algún modo,
son los periodistas, ya que son las personas a las que más se ataca en los
espacios de opinión, y personalmente, he tenido varias experiencias de este
tipo desde que empecé mi carrera de Comunicación Social y Periodismo hace más
de dos años.
Dicen que la audiencia (lectores, oyentes, televidentes…)
son el mejor verdugo y el mejor critico de un periodista, pero ¿hasta qué
punto? Todo el mundo tiene derecho a opinar, como decía anteriormente, pero creo
que para la gente, un periodista no tiene derecho a hacerlo. Por eso es que
varios medios de comunicación han hecho escribir a sus periodistas en sus biografías
de Twitter, más que todo, mensajes como: “las opiniones aquí reflejadas no representan
al medio de comunicación para el que trabajo”. Cuando un periodista opina, da
un punto de vista personal, siempre es atacado con críticas, improperios y
hasta insultos. Cuestionan y subestiman la profesión del periodista por esta
razón. Es algo que últimamente se ha vuelto tan trascendental, que ya parece
normal, es como si a la gente le hubieran insertado un chip con la frase: “los
periodistas no tienen derecho a dar su punto de vista, solo tienen derecho a
informar y ya”.
Hay algo muy importante que he aprendido en mi carrera y
es que: nadie puede ser objetivo, ningún ser humano puede ser objetivo, simplemente
porque no es un objeto, y los periodistas no son la excepción. Un periodista
sin ideales y sin puntos de vista personales, es un periodista vacío, un
periodista que solo sirve para repetir noticias.
Los periodistas, y los periodistas en formación: en mi
caso, por el hecho de haber estudiado esta profesión, no quiere decir que
siempre tengamos que dar información verídica, con fuentes incluidas, cuando estamos
dando nuestra opinión personal.
Diego Hernán Rubiano Devia
@DiegoRubianoD
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