miércoles, 31 de julio de 2013

¿JUSTICIA? ¿Dónde?

“No sé en que estaría pensando la jueza Claudia Gualteros cuando afirmó que Fabio Salamanca no era un peligro para la sociedad”.

Fuente: eluniversal.com.co
Ayer quedó demostrado que la justicia en Colombia no existe, o bueno, si existe, pero existe para unos pocos, es una justicia a conveniencia, una justicia que es negociable, que se maneja como mercancía.

¿Cómo es posible que un joven, que el pasado 12 de julio, iba manejando un automóvil a 140 km/h, con grado tres de embriaguez, que se estrelló contra un taxi, que mató a dos personas que iban dentro de ese taxi, y dejó parapléjico al conductor del mismo, quede libre?

No sé en que estaría pensando la jueza Carmen Gualteros cuando afirmó que Fabio Salamanca no era un peligro para la sociedad. ¿Cómo no va a ser un peligro para la sociedad una persona que, sabiendo que va a ir a tomar, se va manejando? Y es que una persona borracha frente al volante, se convierte automáticamente en una persona asesina. Una persona que conduce en estado de embriaguez, es lo mismo que una persona que da tiros al aire, vuelvo y me pregunto ¿Cómo no va a ser un peligro para la sociedad?

Antes de la audiencia, la opinión pública ya pronosticaba que algo así podría suceder, porque no es la primera vez que esto sucede. Recordemos el famoso caso Colmenares, que es el ejemplo más claro de la negligencia de la justicia colombiana. O miremos simplemente el hecho de que Salamanca no fue capturado en el momento del accidente, dizque porque tenía “estrés postraumático”, razón por la cual estaba recluido en la Clínica Monserrat, en Bogotá. Claro que la razón de que no capturaran a Salamanca en el momento del accidente fue por ineptitud de la policía que se encontraba en ese momento en el lugar de los hechos.

Lo más paradójico del caso es que la jueza argumentó en audiencia que el abogado de las víctimas, no tuvo los argumentos suficientes para justificar orden de captura contra el joven.

Ahora, sin justificar a los conductores borrachos, recordemos el caso del conductor que iba conduciendo un Renault Logan, con grado 1 de alcohol, que, lamentablemente mató a una persona e inmediatamente fue capturado y posteriormente condenado a 17 años de prisión en la Cárcel Modelo de Bogotá, y declarado peligro para la sociedad. Son dos casos exactamente iguales, sin importar el número de muertos y sin importar el valor del vehículo que iban conduciendo. Lo más razonable era que la jueza le diera una pena igual o similar al joven salamanca, pero no lo hizo ¿a qué precio se consigue justicia en Colombia? ¿Cuáles fueron las razones de peso para que la jueza Gualteros dejara libre Fabio Salamanca?

Ahora solo queda que la opinión publica investigue a fondo el caso, que el Consejo Superior de la Judicatura investigue a la Juez segunda de garantías Carmen Gualteros, que se haga justicia.

Son dos mujeres muertas, y un hombre que quedó parapléjico ¿Quién va a reparar a sus familias? ¿Es justo saber que mientras un borracho irresponsable está libre, las tres familias de las victimas están sufriendo?

Perdónenme que se los diga, pero en Colombia, la justicia cojea, pero no siempre llega.

Diego Hernán Rubiano Devia

@DiegoRubianoD 

lunes, 22 de julio de 2013

Día siete: Uno muy divertido



¿Hay algo más divertido que reírse de la ignorancia del pueblo? O sea ¿de reírse de uno mismo? ¿De reírse de su propia gente? Sí, reírse de nuestros propios dirigentes, esos que se han mantenido en el poder por décadas, burlándose del pueblo.

No quiero sonar “mamerto” porque ese no es mi estilo, pero hay que decir las cosas como son. Y es eso, precisamente, lo que quiere reflejar Becerra en su libro: Al pueblo nunca le toca.
Es la historia de dos amigos: Baltasar Riveros y Casiano Pardo, el primero es un liberal convencido de que el pueblo algún día va a llegar al poder; y el segundo es un conservador católico.

Los dos amigos siempre se encuentran en un mismo lugar (al principio en la “Botella de Oro”, después en el “Café Automático”) para discutir de lo único que saben hablar: de política.
Baltasar vive con su esposa y sus nueve hijos. Él es cajero en el Banco La Patria, es ateo y ama con su vida al “Gran Partido Liberal”. Y, como lo decía al principio, sueña con la llegada del pueblo al poder.

Por su parte, Casiano Pardo vive en una habitación alquilada, en una casa compartida por varios inquilinos más. Casiano, como lo decía al principio, es católico, comulga el primer viernes de cada mes, y sueña con no casarse jamás. Eso sí, es mujeriego, y colecciona los calzones de las mujeres con las que se ha acostado.

Casiano es realista (por momentos), mientras que Baltasar cree ciegamente en sus ideales. Al final, los dos amigos envejecen. Baltasar nunca ve subir al pueblo al poder.

Esta historia, que se cuenta forma jocosa, es un espejo mismo del pueblo colombiano, que siempre ha votado por sus dirigentes ciegamente, creyendo en sus promesas, las cuales, la mayoría no han cumplido. Refleja esa absurda guerra bipartidista en la que el pueblo liberal y el pueblo conservador se peleaban entre sí, y sin siquiera saber porque lo hacían. Mientras que la elite conservadora y la elite liberal se reunían a manejar el país y a burlarse del pueblo en el Jockey Club de Bogotá.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD

sábado, 20 de julio de 2013

Día seis: Uno de un Nobel



En este reto ya había escogido un libro de Gabo: Noticia de un secuestro, para el día dos, pero me pareció pertinente repetir a nuestro Nobel para esta parte del reto. Primero, porque este día coincidió precisamente con el día en el que recordamos nuestra independencia, día de la independencia del país de García Márquez, y segundo, porqué es el Nobel que más he leído. Y qué mejor que hacerlo con una de sus obras más reconocidas: Crónica de una muerte anunciada.

Como no recordar a Santiago Nasar, de quien todos sabían y hablaban de su muerte, menos él, quien de repente fue asesinado a cuchilladas por los hermanos Vicario en la puerta de su casa.

Como no recordar a Ángela Vicario, mujer  de Bayardo San Román, quien culpó a Santiago Nasar de quitarle su virginidad.

Y como no recordar ese excelente contexto en el que se enfocó García Márquez  para narrar la muerte de Santiago Nasar, y mantener atrapado al lector desde el principio del libro. Y es que ¿a quién más, que a García Márquez, se le ocurre matar al protagonista en el primer capítulo? Esa “fórmula mágica”, creo yo, ha sido el éxito de esta magnífica obra, que ha hecho que esta haya llegado al cine.

Crónica de una muerte anunciada es un libro que, en realidad, uno no se cansa de leer, a medida que uno avanza cada vez, así mismo se va preguntando ¿Qué pasa después? Y así sucesivamente hasta que la historia termina.

Definitivamente García Márquez merece repetir en este reto, y amerita ponerlo junto a su libro: Crónica de una muerte anunciada, como: “Uno de un Nobel”.


Diego Hernán Rubiano Devia

@DiegoRubianoD

viernes, 19 de julio de 2013

Día cinco: uno de viajes



Hubiera sido pertinente poner este libro como “uno de un Nobel” y no “uno de viajes”, pero preferí poner una de las más importantes obras de Hemingway como un libro de viajes, así el viejo Santiago solo hubiese viajado al África en su época de joven pescador. Pero las aventuras que ha vivido Santiago toda su vida en su bote de vela llena de remiendos, cuentan como uno de viajes.

Y es que la vejez de Santiago ha sido bastante dura, pero bastante agradable, diría yo. Una vejez sublime, se podría decir.

Santiago es un viejo pescador cubano, cuya esposa ha muerto, y la única compañía que le queda es Manolín, un joven que lo acompaña en sus pescas desde que este tenía cinco años. Manolín se convirtió en el mejor amigo de aquel solitario pescador que ya no le quedan fuerzas para pescar, pero si “estrategias” y experiencia, y la fuerza y juventud de Manolín, lo complementa.

El libro refleja la valentía, la humildad, la constancia, la voluntad y la persistencia de Santiago, quien nunca se vio derrotado, a pesar de su vejez; lo que lo llevó a pescar ese gran pez espada que era más grande que su bote, durante tres días. Y a pesar de que llegó a tierra firme tan solo con la cabeza y la espina dorsal del gran pez, porque unos tiburones se lo comieron todo, Santiago no se dio por vencido. No le importó tener las manos cortadas por las cuerdas de pesca, el ardiente sol de tres días en altamar, y su ya mencionada vejez.

Como lo decía al principio, es un libro que sublima al lector, al menos conmigo lo hizo, mostrando la constancia del viejo, y la debilidad del joven, que se reflejó cuando lloró al ver a Santiago acostado en su cama con las manos cortadas.


Qué extraño viejo, como Santiago se decía así mismo, una persona que cuando dormía, soñaba con los leones y las playas blancas y doradas del África, que alguna vez conoció en su juventud. 

Diego Hernán Rubiano Devia

@DiegoRubianoD

jueves, 18 de julio de 2013

Día cuatro: Uno que le gusta a todos menos a usted



Yo creo que todos hemos oído hablar del Lazarillo de Tormes, aunque es obvio que no todos lo hemos leído, aunque muchos dicen que es una de las obras que hay que leer. Es como El Quijote, todos hemos oído hablar de él, pero no todos lo hemos leído, es más, creo que la mayoría no lo hemos leído. Y es que El Lazarillo de Tormes, al igual que El Quijote, es uno de los libros que siempre exigen leer en el colegio; no pueden faltar en las clases de lengua española.

La verdad, cuando en el colegio me pidieron leer El Lazarillo de Tormes, no me interesó leerlo, nunca le presté mayor atención. Pero cuando salí del colegio, y empecé mi carrera, me entró el bichito de la incertidumbre y me propuse a leerlo. Por suerte aquel libro se encontraba abandonado en la biblioteca de mi casa, creo que a nadie en mi familia le había interesado leer tan clásica obra, y solo se encontraba ahí porque “era necesario tenerlo”.

Empecé a leer una noche, y pensé que en poco tiempo lo terminaría de leer. El libro está escrito en un español antiguo, un español que, si no hay absoluta concentración, es difícil de entenderlo. No sé si fue culpa de tan antiguo idioma, o de su estructura narrativa, pero al leer las primeras hojas, desistí de leerlo. Pero no me sentía cómodo que al pensar que “todo el mundo” había leído El Lazarillo y yo no, y no era posible, yo no podía ser el único que no lo hubiera podido leer.

Intenté leerlo un par de noches después, empecé a entender algunas cosas del libro, algunas características de Lázaro, pero finalmente no pude, se me hacía difícil aún, entender el español antiguo con el cual se escribía el libro, y que, supongo, así estarán escritas todas las demás novelas del genero picaresco.

Definitivamente desistí, abandoné el libro, y creo que por el momento hará parte decorativa de la biblioteca de donde salió, hasta que alguien pueda entenderlo y apreciarlo.


Creo que por eso, El Lazarillo de Tormes cabe perfecto entre los libros “que le gustan a todo el mundo menos a usted”.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD

miércoles, 17 de julio de 2013

Día tres: Uno que sea un placer culposo



El olvido que seremos cuenta con un lenguaje sencillo y coloquial, si uno es colombiano, automáticamente se siente identificado, cabe aclarar que no está escrito en un lenguaje burdo ni vulgar, como deberían pensar muchos al leer la palabra “coloquial”.

Es un libro del escritor y periodista Héctor abad Faciolince, quizá el libro más importante para él como autor, porque narra su propia vida, su infancia, su familia. Es un libro autobiográfico, pero enfocado hacia la vida de su padre: el doctor Héctor Abad Gómez, uno de los médicos y políticos más importantes y reconocidos en Antioquia en las décadas de 1970 y 1980.

Abad Faciolince escribe sobre sus hermanas, sobre todo de Marta, quien murió de cáncer siendo muy joven. De su madre, perteneciente a una familia católica y conservadora, su tío era cardenal. Y de su padre, el doctor Abad Gómez, que fue la persona a la que mas quiso, escribe sobre su vida como médico, su vida como catedrático, su vida como político y activista político, sus ideales, la persecución que sufrió por parte de grupos paramilitares, y su muerte.

El libro habla, además, de la vida social de su familia. Por ejemplo, de una de sus hermanas, quien fue novia de Álvaro Uribe Vélez; de los amigos de su padre: Pedro Aguirre y Carlos Gaviria, ambos exiliados fuera del país por persecución política.

Relata sus alegrías y tristezas. Sus alegrías al lado de su padre, y su tristeza después de su asesinato.


Es un libro apasionante, que automáticamente conecta al lector con la vida del autor. Es un placer culposo, porque es un libro que toca hasta la fibra más sensible, es un verdadero placer leerlo, pero con la tristeza de saber cómo finaliza el libro.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD

martes, 16 de julio de 2013

Día dos: Uno que se haya demorado mucho en leer



Debo aceptar que durante mucho tiempo quería leer Noticia de un secuestro, es un libro que se escucha mucho en las facultades de Comunicación Social y Periodismo. Muchos profesores que han pasado por mi formación académica en la universidad lo han citado. Y no es extraño, y más aún sabiendo que es uno de los mejores libros de periodismo que existen, o al menos uno de los mejores que he leído. Además de relatar periodísticamente en forma de reportaje, uno de los acontecimientos más importantes de la historia reciente del país, escrito por el Nobel colombiano: el maestro Gabriel García Márquez.

Después de posponer por mucho tiempo mis ganas por leer este libro, por fin encontré la oportunidad en la Feria del Libro de Bogotá de este año, y sin pensarlo dos veces, lo compré.

Es impresionante como Gabo empieza su libro agradeciendo a sus protagonistas, y lamentando la muerte de los otros dos. Esas dos personas son Marina Montoya y Diana Turbay, dos víctimas de las muchas que quedaron después de la guerra declarada por el Cartel de Medellín al Estado, en la frívola y sangrienta época del narcotráfico.

El secuestro de de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar, el secuestro y posterior asesinato de Marina Montoya, el secuestro y posterior asesinato de Diana Turbay, el secuestro de Francisco Santos; todos por orden de Pablo Escobar, Los diálogos que tuvo Alberto Villamizar con el Gobierno y con el Cartel de Medellín para que liberaran a su esposa y al resto de los secuestrados, las dificultades y problemas a los que se enfrenta el gobierno de Cesar Gaviria, etc. son el marco en el que se basa este trabajo periodístico de García Márquez, que, como lo dije anteriormente, fueron acontecimientos que marcaron la historia del país, la triste y dolorosa historia de Colombia, por culpa de una guerra absurda que aún prevalece.


El libro, que se convirtió en uno de mis favoritos después de leerlo, me demoré mucho en acabarlo por cuestiones netamente académicas, ya que llegaba tarde a casa de la universidad, o me encontraba bastante agotado, además de que es un libro bastante denso. Por eso, este libro lo escogí para “uno que se haya demorado mucho en leer”.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD

lunes, 15 de julio de 2013

Día uno: Uno que haya leído de una sentada



Melany es un libro que leí sin planearlo, simplemente lo vi en la biblioteca de mi casa, me causó curiosidad el titulo ya que nunca lo había visto antes en la biblioteca. Lo leí en una de esas tardes en las que no hay nada productivo para hacer, y fue tan interesante que lo leí todo el mismo día.

En realidad es un libro con un lenguaje muy sencillo, que atrapa al lector desde que empieza a leerlo. La historia de Melany es atractiva por ser una historia basada en la vida cotidiana de una adolecente y una familia promedio norteamericana, lo cual hace que como lectores nos sintamos identificados.

Brevemente. Es la historia de Melany, una niña que está entrando en la adolescencia temprana, una niña de escuela que vive con sus padres y su hermana; su padre viaja mucho por cuestiones de trabajo, su madre es ama de casa; y su hermana mayor es una adolescente que solo le interesa vestirse bien, ir a fiestas, etc. es el prototipo de adolescente rebelde.

El padre de Melany le habla sobre la “gordura de infancia”, algo que la deja pensando y reflexionando sobre ella misma, haciendo que ella se compare con otras personas, como las niñas populares de su escuela que tienen cuerpos delgados, y hasta de su hermana mayor y su mamá, que de una y otra manera es una persona vanidosa. Su madre hace dietas y lee revistas sobre ello, Melany empieza a leer las revistas y empieza a hacer aquellas dietas. Todos estos factores fueron la principal razón para que Melany se obsesionara por ser delgada, dejara de comer y terminara por sufrir de anorexia.

Melany empieza a enfermarse, su “dieta” empieza a cobrarle factura. Ella es voluntaria en un hospital, donde el Vosh, quien trabajaba allí se da cuenta que ella sufre de anorexia. Debido a la preocupación por su salud, termina viéndola la doctora Lemman, quien se convierte en su amiga desde el diagnostico de su enfermedad, y quien la ayuda a salir de su problema, ya que Melany es internada en el hospital para su rehabilitación.

En el hospital conoce a Louanne, una paciente con anorexia avanzada, ella aconseja a Melany a que recaiga en su enfermedad. Louanne es un caso grave en el hospital, ya que ella sigue con la obsesión de ser delgada. Al final Louanne muere.

El libro finaliza con un desayuno entre la doctora Lemman y Melany en el hospital.


Es un libro muy interesante y sencillo de leer, es entretenido, una historia de la vida cotidiana, que puede pasarnos a cualquiera de nosotros.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD

domingo, 14 de julio de 2013

RETO TREINTA LIBROS


Leyendo la biografía de una usuaria en Twitter, me causó curiosidad el enlace que aparecía allí publicado, era el enlace de su blog, el nombre con el que aparecía aquel sitio de Blogger: http://premeditadaydivina.blogspot.com. Premeditada y Divina. ¿A quien no le causaría curiosidad un nombre así para un blog?

Me sorprendieron bastante sus entradas, sus publicaciones. Me impactó su forma de redacción, la forma en que escribía, y los temas que allí aparecían. Se abordaban temas literarios desde diferentes perspectivas: desde la cocina, desde el Bicentenario de Independencia, y desde LOS LIBROS. Sí, desde los libros, y es que hay una entrada muy interesante en aquel blog que se titula: “30 libros”, que consiste en un reto de leer treinta libros, y publicar sobre ellos en el blog personal de quien asume el reto. Asumí el reto para probarme a mí mismo, siendo consciente de mi gusto por la lectura y la escritura, pero de mi inconstancia para leer y escribir.

Estas son las instrucciones:

8.    Uno para leer por fragmentos.
9.    Uno con una excelente visión cinematográfica.
10. Uno con una pésima visión cinematográfica.
11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar.
12. Una biografía.
13. El primer libro que leyó en su vida.
14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira.
15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega.
16. Uno ruso que sí haya leído.
17. Uno de este año.
18. El que más veces ha leído.
19. Uno que lo haya sorprendido por bueno.
20. Uno que lo haya sorprendido por malo.
21. Uno de cuentos (no valen antologías).
22. Uno de poesía (no valen antologías).
23. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez.
24. Uno que no le prestaría a nadie.
25. Uno para aprender a perder.
26. Uno que asocie con la música que le gusta.
27. Un libro que le regalaron y que no le gustó.
28. Uno que lo haya asustado.
29. Uno que se haya robado.
30. Uno que pueda salvar vidas.

Súmense al reto, de verdad que es muy interesante, y más que un reto de blog, es un reto 
personal. Comentarios, criticas, opiniones, sugerencias, son bienvenidas.

Reto treinta libros:

Fuentes:

http://premeditadaydivina.blogspot.com/p/30-libros.html

Diego Hernán Rubiano Devia

@DiegoRubianoD

domingo, 7 de julio de 2013

LAS OPINIONES PERSONALES DE UN PERIODISTA NO REPRESENTAN SU PROFESIÓN

“Dicen que la audiencia (lectores, oyentes, televidentes…) son el mejor verdugo y el mejor critico de un periodista…”

Dicen que Colombia es un país democrático, un país con libertad de expresión, un país con libertad de prensa y opinión: ¡un país libre! Y lo reza claramente nuestra carta magna de 1991.

Y es que desde que todo el mundo empezó a utilizar las redes sociales, se empezaron a crear espacios de opinión personal, espacios que reflejan diferentes puntos de vista, diferentes concepciones del mundo, diferentes maneras de ver la vida; que, obviamente son validas y respetables. Y eso es bueno, porque se genera el debate, y cuando hay debate hay democracia y se hace ciudadanía, se crean espacios de participación ciudadana, se crea opinión pública. Por eso es tan importante opinar, escuchar al otro, argumentar.

¿A qué voy con esto? Desde que empecé a ser usuario activo en las redes sociales, sobre todo en Facebook y Twitter, y leyendo las opiniones que se generan entre usuarios en las diferentes páginas de los medios masivos y alternativos de comunicación en el país y en el mundo entero, me he dado cuenta que estos espacios no se usan correctamente, o sea, para opinar. Varios usuarios hacen uso de estos espacios simplemente para sabotear una noticia, un comentario, un reportaje, una crónica, o simplemente para ridiculizar a su autor. Debo decir que las personas más “victimizadas” por decirlo de algún modo, son los periodistas, ya que son las personas a las que más se ataca en los espacios de opinión, y personalmente, he tenido varias experiencias de este tipo desde que empecé mi carrera de Comunicación Social y Periodismo hace más de dos años.

Dicen que la audiencia (lectores, oyentes, televidentes…) son el mejor verdugo y el mejor critico de un periodista, pero ¿hasta qué punto? Todo el mundo tiene derecho a opinar, como decía anteriormente, pero creo que para la gente, un periodista no tiene derecho a hacerlo. Por eso es que varios medios de comunicación han hecho escribir a sus periodistas en sus biografías de Twitter, más que todo, mensajes como: “las opiniones aquí reflejadas no representan al medio de comunicación para el que trabajo”. Cuando un periodista opina, da un punto de vista personal, siempre es atacado con críticas, improperios y hasta insultos. Cuestionan y subestiman la profesión del periodista por esta razón. Es algo que últimamente se ha vuelto tan trascendental, que ya parece normal, es como si a la gente le hubieran insertado un chip con la frase: “los periodistas no tienen derecho a dar su punto de vista, solo tienen derecho a informar y ya”.

Hay algo muy importante que he aprendido en mi carrera y es que: nadie puede ser objetivo, ningún ser humano puede ser objetivo, simplemente porque no es un objeto, y los periodistas no son la excepción. Un periodista sin ideales y sin puntos de vista personales, es un periodista vacío, un periodista que solo sirve para repetir noticias.

Los periodistas, y los periodistas en formación: en mi caso, por el hecho de haber estudiado esta profesión, no quiere decir que siempre tengamos que dar información verídica, con fuentes incluidas, cuando estamos dando nuestra opinión personal.

Diego Hernán Rubiano Devia


@DiegoRubianoD 

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