martes, 14 de mayo de 2013

Plan para callar la verdad


"El Representante a la Cámara, Augusto Posada, presentó recientemente un proyecto de ley que, según él, busca regular la parodia en Colombia".

Al levantarme hoy en la mañana, prendí la radio por cuestiones de rutina, y escuché en La W sobre la amenaza a tres periodistas, no le había prestado mayor atención al acontecimiento que se relataba, pero en el entre sueño recordé dos hechos que fueron noticia recientemente. El primero fue el proyecto de ley que presentó el Presidente de la Cámara de Representantes Augusto Posada sobre la regulación de la parodia. El segundo fue el atentado contra el periodista de Semana Ricardo Calderón. Casualmente, por estos días he estado leyendo el libro de Gabriel García Márquez: Noticia de un secuestro. No sé si será paradoja o simple coincidencia, lo cierto es que en Colombia hay un plan para callar la verdad.

El Representante a la Cámara, Augusto Posada, presentó recientemente un proyecto de ley que, según él, busca regular la parodia en Colombia. El proyecto, si se analizaba desde el punto de vista de la censura, arremetía directamente con el popular programa de humor La Luciérnaga, de Caracol Radio, según se rumoró en las redes sociales, y luego afirmado por Gustavo Álvarez Gardeazábal en entrevista con La W. Según Gardeazábal, el proyecto de ley “apunta a la censura”. Posada aseguró que el proyecto de ley tiene un “problema de redacción”, y eso conllevó a la mal interpretación del mismo. La ley que se pretendía modificar es la Ley 23 de 1982, que aún se encuentra vigente y que se refiere a la transformación de obras artísticas y literarias en parodia y que no implique riesgos de confusión con la obra original. El proyecto de ley fue retirado recientemente por Posada por “asuntos de redacción”.

Mientras la opinión pública hablaba de ese suceso, Caracol televisión también había anunciado recientemente la salida del Noticiero NP& con los reencauchados, según Dago García, actual vicepresidente de producción, el programa debía renovarse y replantear un programa con un formato más fresco. Personalmente, no me parece una respuesta viable y creíble por parte de García ¿y si en realidad el programa se convirtió en una piedra en el zapato para ciertos políticos?

Ahora vayamos al tema que tocó fondo, el atentado que sufrió el periodista de Semana Ricardo Calderón el primero de mayo en Ibagué, Tolima. Calderón viajó a Girardot y luego a Ibagué, investigando sobre el caso que titulo Semana como “Tolemaida Resort”, escándalo que se viene presentando desde hace dos años. A las 7 de la noche, Calderón se disponía a tomar carretera rumbo a Bogotá, pero, según él, alguien gritó su nombre, y de repente cuando volteó a mirar, se desataron cinco tiros que, presuntamente irían hacia él. Salió ileso del atentado, las investigaciones dicen que fueron dos tipos los que dispararon contra el periodista, el carro, que era de su esposa y no era blindado, recibió los cinco impactos de bala. ¿En serió querían matar a Calderón, o solo querían asustarlo? Se preguntó la opinión pública ante la “mala puntería” de los victimarios, que de haber querido atentar contra su vida, lo habrían hecho, y lo digo porque, según la policía, los tiros fueron realizados a pocos metros. Un o una columnista, no recuerdo el nombre, afirmó que el atentado contra Calderón no era por lo que ya había descubierto en Tolemaida, sino por algo que estaba a punto de descubrir.
Pero esto aún no termina, el lunes 6 de mayo, 14 periodistas de Valledupar fueron amenazados por un grupo que se autodenomina “ejercito antirestitución”. Según la Revista Semana, en un panfleto que distribuyeron a los medios de comunicación, dijeron: “Tienen 24 horas para salir de la ciudad y debe quedar claro que si meten sus narices en los casos de restitución de tierras, serán ustedes las próximas (victimas). Es el último llamado que se les hace”.  

Ayer, tres reconocidos periodistas fueron amenazados de muerte: Gonzalo Guillén, Ariel Ávila y León Valencia. Aún se investiga quienes son los autores los que están detrás de este hecho. Medios de comunicación como el Espectador han revelado presuntos vínculos del gobernador de la Guajira Juan Francisco Gómez Cerchar con los autores que están detrás de estas amenazas.

¿Estamos volviendo a los tiempos de Escobar? Mencioné al principio el libro  de García Márquez: Noticia de un secuestro, que revive la historia de grandes periodistas, victimas del narcotráfico de finales de los 80’s y principios de los 90’s, como Francisco Santos, Maruja Pachón, y Diana Turbay, quien fue asesinada. No quiero que la historia se repita ¿pretenden callar la verdad con plomo? ¿Quieren callar la verdad con amenazas y sufragios? El periodismo sigue vivo, no será fácil censurarlo. Como dice el reportero gráfico Jesús Abad Colorado: “Frente al fusil, la palabra”.

Diego Hernán Rubiano Devia 

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