domingo, 5 de mayo de 2013

NAVEGANDO EN UN MAR DE LIBROS EN BOGOTÁ


“El último domingo de la Feria, fue la oportunidad perfecta para disfrutarla, navegar en ese maravilloso mundo de los libros, de la literatura, de la actualidad, del conocimiento…”

La Feria Internacional del Libro (Filbo) se ha convertido en una tradición para los bogotanos desde su primera versión, hace 26 años. Este año se celebró la versión número 26 donde el país invitado fue Portugal.

Durante la Feria del Libro, se dan lugar en Corferias, estudiantes de colegio y universitarios, periodistas, escritores, lectores aficionados, curiosos e intelectuales del país; que asisten para observar las últimas publicaciones de importantes autores, los best seller del año, clásicos de la literatura colombiana y universal y hasta para suscribirse a los principales diarios y revistas del país.

Desde que empezó la Feria del Libro este año, el 18 de abril, las ansias por asistir me invadían, quería ver las últimas publicaciones que se habían hecho en materia política y periodista, y visitar el stand de mi universidad para ver las últimas publicaciones de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, la facultad a la que pertenezco, y para pasar un rato agradable. No pude asistir los primeros días por las responsabilidades que tenía en ese momento en la universidad, además que la Feria se cruzaba con la época de parciales del segundo corte académico, por lo que fue imposible asistir. El día en el que, con unos amigos de la universidad, organizamos asistir, no pudimos ir, por razones varias: pereza, trabajos y tareas, falta de dinero, etc. ese momento fue frustrante para mí, porque pensé que esa era mi última oportunidad para asistir, y que tal vez, no me quedaría tiempo para ir más adelante.
El último domingo de la Feria, fue la oportunidad perfecta para disfrutarla, navegar en ese maravilloso mundo de los libros, de la literatura, de la actualidad, del conocimiento… pero no pude hacer gran cosa, ese día llovió torrencialmente por toda la ciudad, ese domingo se frustró, pero de repente me acordé que el miércoles 1 de mayo culminaba la Feria, y que los mejores eventos se recibirían ese día en Corferias, además que coincidía que era festivo, porque se celebraba el día del trabajo en Hispanoamérica…

Ese miércoles por fin lo disfruté como quería, llegué a Corferias a eso de las 11 de la mañana, el sol en la capital bogotana era radiante, no había indicios de que más tarde fuese a llover, llegué a la plazoleta de entrada, las colas para comprar las boletas y posteriormente para ingresar al recinto, eran eternas. Después de unos largos minutos, por fin pude ingresar.

Empecé recorriendo el pabellón de Planeta y el del Grupo Prisa, los pasillos estaban repletos, a punto de colapsar, había muchas obras interesantes, de literatura universal, principalmente. Pero la felicidad se apoderó de mí al toparme con el stand de periodismo y actualidad, donde se encontraban en exhibición obras que siempre he querido leer. Recuerdo muy bien, que al principio del stand estaban los libros de Hector Abad Faciolince: “Tratado de culinaria para mujeres tristes”, “Asuntos de un hígado disoluto”, “Fragmentos de amor furtivo” y “Basura”. Lo curioso es que en las publicaciones de Faciolince no estaba el libro, tal vez más importante de su carrera como escritor, “El Olvido que Seremos”.

Más adelante se encontraban los libros de los principales periodistas del país, libros que quizá, son un tesoro para uno como periodista, en mi caso, como periodista en formación. “Tinta indeleble” que habla de la vida y obra de Guillermo Cano, “Crónicas que matan” de María Jimena Duzán, “Sálvese quien pueda”  y “El club de los lagartos” de Daniel Samper Ospina, y otros libros de la realidad nacional como “Orden Desarmado” o “justicia y paz” son algunas de las muchas obras periodísticas que se encontraban en la Feria del Libro. Personalmente, me pareció una falta de respeto que entre esas magnificas obras periodísticas se encontrara “Room Service” el libro de  Dania Londoño, la prostituta del escándalo con los escoltas de Barack Obama en Cartagena, ¿la recuerdan?.

Recordé que a la entrada me habían dado el programa de eventos de ese día, lo saqué de una bolsa pequeña que tenía en mi mano y lo leí, se presentarían grandes periodistas como Claudia Palacios, Daniel Samper y María Jimena Duzán, autografiando sus libros, y el escritor colombiano Gustavo Bolívar quien presentaría su último libro “Al amanecer entenderás la vida”, y estaría el periodista Hollman Morris, el director de Contravía y actual gerente del Canal Capital. No podía quedarme hasta después de las tres de la tarde, debido a que tenía trabajos represados para el otro día de la universidad, y la presentación de cada uno de ellos fue después de las tres de la tarde, lo que quiere decir que no asistí a ninguna de la presentación de estos grandes del periodismo y la literatura.

Luego fui al stand de universidades, con el ánimo de ver si había alguna publicación de mi facultad, subí al segundo piso, donde se encontraban los stand de las principales universidades del país, quienes desde ya están ofreciendo sus ofertas de programas académicos para el segundo semestre del 2013, y exponiendo sus publicaciones. Luego asistí al pabellón infantil, y más tarde al pabellón de publicaciones clasificadas por campos del conocimiento.

A eso de la una de la tarde, la lluvia no se hizo esperar, ese radiante sol que iluminaba hasta ese momento, se opacó de repente y empezó a llover desenfrenadamente, yo no llevaba sombrilla, lo que también impidió poder quedarme al resto de la Feria. Pero no podía abandonar el recinto sin antes comprar algún libro. Por fortuna pasé por el stand del Fondo de Cultura Económica donde aparecían expuestos los grandes títulos de Gabriel García Márquez, y entre esos títulos estaba uno de los libros que siempre quise leer: “Noticia de un secuestro”, sin pensarlo dos veces, lo compré.

La experiencia de navegar en un mar de libros, es algo que solo se puede disfrutar una vez al año en Bogotá, y espero tener más tiempo disponible en una próxima ocasión.

CODA: Leer crea estructuras narrativas, crea discurso. “Un libro tiene la capacidad de hacernos vivir vidas ajenas”.

Diego Hernán Rubiano Devia 

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