“Pero
aquí no hay buen humor…”
Al
parecer, el buen humor en Colombia, o al menos en los canales nacionales, ha
desaparecido. Tan solo basta con sintonizar la televisión colombiana el sábado en
la noche para ver las burdas representaciones que muchos “humoristas” hacen.
No quiero
caer en el error de desmeritar el trabajo de muchos colombianos que subsisten
tratando de hacer humor, pero hay que aceptar que la mayoría de ellos caen en
el cliché de contar los mismos chistes, de hacer las mismas representaciones y
burlas absurdas de siempre ¿se habrá perdido la originalidad?
Voy a
mencionar algunas de las muchas representaciones y algunos de los muchos
chistes y burlas que hacen que los llamados humoristas se vuelvan hartos y repetitivos:
1. Las representaciones,
las malas representaciones, diría yo, sobre los campesinos del país. No entiendo
por qué el papel del típico campesino paisa, el campesino tolimense, el
campesino boyacense, o el campesino pastuso, es el papel preferido por los
humoristas. ¿tal vez sea el más fácil? ¿el más común? o ¿el que amerita más
chistes flojos? Porque de lo que si estoy seguro es que es una subestimación a
aquellos verdaderos campesinos de cada una de estas regiones, además de ser una
falta de respeto. ¿Por qué siempre representan al paisa como el individuo
tramposo que se aprovecha de los demás? ¿Por qué representan al tolimense como
una persona perezosa? ¿Por qué el pastuso siempre es la persona ignorante que
amerita burla?
2. Los chistes
machistas. Los chistes de este tipo también son muy comunes, son otro cliché. Son
esos chistes que resaltan al hombre machista, que deja por debajo a la mujer. Por
ejemplo, los chistes de suegras, que por lo general son chistes crueles, donde
la suegra es un personaje malvado, que amerita cualquier cosa mala, hasta la
muerte. Los chistes de las esposas son otro claro ejemplo, donde por lo
general, para los “cuentachistes” todas las esposas son amas de casa, son
personas amargadas, personas resentidas. Para un humorista promedio, el rol de
esposa siempre es el de la mujer que tiene que cocinar, cuidar a los hijos y
hacer los quehaceres del hogar. Casi siempre un humorista de este tipo habla de
amantes y de sexo, invisibilizando los valores de una mujer.
3. Creo
que las minorías son los grupos sociales más subestimados en el humor
colombiano. Podemos ver como se hacen malas imitaciones de homosexuales, de
negritudes, de campesinos, como lo mencionaba anteriormente, de empleadas de
servicios domésticos, de celadores, etc. ¿a qué precio se pueden herir
susceptibilidades con el fin de hacer un mal chiste?
4. La pobreza
social, la pobreza personal, la pobreza mental, y la pobreza en general, es el
factor que más se subestima con el fin de hacer reír a un público específico.
Por ahí
dicen que una persona con buen humor es una persona inteligente. Pero aquí no
hay buen humor, o al menos el humor que el colombiano promedio está
acostumbrado a disfrutar, es un humor pobre. Quizá la gente simplemente se
burla de sus propias desgracias, y demuestra su propia resignación riéndose de
sí misma reflejada en lo que menciona un humorista convencional.
El
humor se puede hacer de mil formas, hay mil maneras de hacer reír a la gente; valiéndose
de la vida cotidiana, por ejemplo. Pero sin rayar en lo ofensivo, que es lo que
se hace ahora con el humor.
Por eso,
creo yo, la gente está cansada de ver al mismo filipichín de siempre vestido de
campesino, o de habitante de calle, o de gay. Y prefiere ver otras formas de
humor, como los Stand-Up Comedy, que han dado muy buenos resultados. El humor político,
que es un humor que se entiende solo si se está actualizado del tema que se
está parodiando.
Diego
Hernán Rubiano Devia
@DiegoRubianoD
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