domingo, 26 de junio de 2016

AHORA LA GUERRA ES VIRTUAL

Son indescriptibles los sentimientos de emoción y felicidad que sentí cuando vi por los noticieros nacionales las imágenes del histórico momento que se vivió en La Habana – Cuba, cuando los miembros de la mesa de negociaciones y los representantes de los países garantes del proceso de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc se dispusieron a firmar el acuerdo sobre cese bilateral del fuego, quizá el punto más importante en la mesa y el que le dio luz verde a lo que será el fin del conflicto con esa guerrilla.

Ese jueves desde muy temprano estuve haciéndole seguimiento a los medios de comunicación más importantes del país, a las redes sociales y las opiniones de la gente con respecto a lo que iba a pasar en La Habana. Estaba ansioso, pues de firmarse el punto del acuerdo del cese bilateral del fuego, la historia reciente del país se dividiría en dos, y en un futuro podría decir con orgullo que pertenezco a la generación de la paz. Al medio día, y  teniendo el televisor, la radio y el computador encendidos, escuché el himno nacional y me sentí más colombiano que nunca, pues la estrofa de “cesó la horrible noche…” se iba a hacer realidad por fin.

Y mientras en Cuba se hablaba de paz y todo era júbilo, la guerra apenas empezaba virtualmente a través de las redes sociales. Comentarios a favor y en contra del proceso de paz pasaron de ser un simple debate ciudadano a ser un espacio donde la gente destilaba odio contra el otro, donde pensar diferente era casi un crimen; que si estas a favor de las negociaciones eres un terrorista, y que si estás en contra eres uribista y un paramilitar. Los estereotipos y las estigmatizaciones pulularon a flor de piel durante toda la tarde del jueves.

En el año 2012, cuando Álvaro Uribe aseguró que el gobierno de Santos y las Farc estaban negociando de manera clandestina en La Habana, y los medios de comunicación difundieron la noticia, la mayoría de los colombianos quedamos en shock, pues veníamos de un proceso de paz fallido con el mismo grupo guerrillero en la presidencia de Andrés Pastrana y el miedo era que la historia se volviera a repetir, porque nada estaba asegurado en ese momento.  Fue entonces cuando las redes sociales se convirtieron en la plataforma predilecta para debatir sobre esa “nueva oportunidad” para lograr por fin la paz, pero la mera opinión pasó a ser un duelo de todos contra todos, donde finalmente el país quedó “polarizado”, si se puede llamar de esa manera, y de ahí en adelante si no estás de acuerdo con lo que se está negociando en Cuba, eres enemigo de la paz, y si estás a favor, eres un apátrida indolente que no siente el país.

Dos claros ejemplos de intolerancia se presenciaron en la misma semana en la que todo el mundo hablaba de paz. El primero fue cuando una adolescente que se hacía llamar en redes sociales “Chamita Cheer” se hizo viral luego de publicar una peculiar canción en apoyo a la Selección Colombia, donde varios internautas se valieron de su condición socioeconómica y su particular forma de hablar para denigrarla y convertirla en la “clase de colombianos que no debemos ser”.

El segundo y más claro ejemplo de todos fue cuando Lina Quintero, una Comunicadora social de la Universidad EAFIT de Medellín publicó el pasado miércoles un video en el que expresa su indignación frente al actual proceso de paz, y con lágrimas en los ojos relata varios horrores que las Farc han cometido contra la población colombiana. El clip dio tanto de que hablar que algunas personas la relacionaron directamente con el senador Álvaro Uribe y hasta con las BACRIM, sin dejar de lado que, según ella, empezó a recibir mensajes amenazantes e intimidatorios.

¿Cuál es la paz de la que tanto alardeamos si no podemos respetar la opinión del otro? Era lo que me preguntaba en ese momento, y lo que aún me pregunto. Las nuevas generaciones nos aterramos al escuchar historias de cómo a principios del siglo pasado los liberales y los conservadores se mataban por defender su partido político, pero no nos damos cuenta que estamos repitiendo exactamente la misma historia pero de manera virtual. Recuerden que la guerra en Colombia empezó por la polarización ideológica del país.

Diego Hernán Rubiano Devia

@DiegoRubianoD

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