sábado, 22 de febrero de 2014

Erase una vez…

No pensé nunca ponerle este título a alguna entrada de este blog, pues así se llama este sitio donde publico mi forma de percibir el mundo, la vida, el panorama… pero creo que es el título adecuado para todos los recuerdos que se me vienen en este momento a la mente, que son muchos. Aunque creo que también lo titulé así por el miedo a que todo lo vivido que en eso: EN RECUERDOS.

Cometí un error grandísimo al dejar que mi orgullo me dominara por completo, y no me dejara escuchar razones, como si yo fuera dueño de la verdad. Y no me di cuenta que en realidad te estaba haciendo daño.

¿Sabes? Tu haz sido una de las pocas personas que han tomado gran importancia en vida, tu eres esa persona que de un momento a otro ha estado a mi lado en las buenas y en las malas. Tu haz sido testigo de muchos de mis logros (muchos de los cuales he compartido contigo), de mis fracasos, de mis alegrías, de mis tristezas, de mis problemas; tu haz estado ahí conmigo. Y me siento como un perfecto imbécil al no darme cuenta muchas veces de eso.
Creo que la historia de este lazo de amistad tú la conoces muy bien, y comenzó hace un par de año, cuando prácticamente no podíamos ni vernos porque chocábamos, porque éramos muy diferentes, porque siempre terminábamos peleando. Pero de repente me diste la oportunidad de conocerte mejor, de mostrarme esa persona tan bonita que hay en ti, de permitirme conocer a la verdadera Sonia, a esa Sonia que aprendí a querer profundamente, y por la que en este momento temo que se aleje de mí.

Mientras escribo esto se me viene a la mente miles de recuerdos a tu lado: haciendo radio juntos, nuestras notas periodísticas para el noticiero, las muchas veces que salimos a tomar cerveza, las pocas veces que bailamos, los helados que nos hemos comido (así haga regueros como niño chiquito), los trabajos en grupo, las conversas en el chat hasta después de la media noche, las largas llamadas (que así no tuviéramos nada que decir, nos quedábamos ahí riendo), las fotos por montones contigo así no fuera una ocasión especial (porque contigo cada día es especial), mis recorridos contigo en Transmilenio hasta Portal (así yo viviera al otro lado, pero era la excusa perfecta para seguir hablando al menos cinco minutos más contigo), esas tantas veces que decíamos: TE EXTRAÑO, así solo hubiera pasado un fin de semana; los miles de abrazos, los TE QUIERO constantes... Son tantos recuerdos que creo que se me iría la vida escribiéndolos todos.

Gracias Soni por tus consejos, por preocuparte siempre por mí, por hacer todo con cariño, por tu sonrisa que es tu esencia, por depositar tu confianza en mí, por querer que yo sea cada vez una mejor persona. Porque lo más bonito de pelear contigo es cuando nos reconciliamos. Por eso le pido a Dios y a la virgencita que tú nunca te vayas a alejar de mí y yo nunca me vaya a alejar de ti. La verdad me da miedo que en el algún momento pueda perder tu amistad por un error.

Te quiero Soni, te quiero mucho. Y créeme que voy a cumplir lo que alguna vez me dijiste cuando te escribí: “Deseo que Soni me siga sacando muchas sonrisas siempre...) y tu contestaste: (Claro, si no me cambias por nadie…) Nunca te voy a cambiar por nadie Soni. Y menos, aun sabiendo que nos gusta la misma canción de Soda Stereo: Trátame suavemente.

¡Espero me puedas perdonar algún día!

Diego Rubiano.

Comments system

Disqus Shortname